viernes, 7 de mayo de 2010

No ande perdido.

Búsquese.
Búsquese en sus huellas, en sus principios y en las postrimerías de los miedos que precedieron los parones. Búsquese en las líneas de su mano y en los domingos que le resultan días bonus. Búsquese por la mañana, a medio camino entre el sueño y la realidad, antes de atarse los zapatos y las cadenas que le rinden al automatismo, y le sostienen lejos de las trampas que le tienden sus emociones expatriadas. Búsquese desatado, entonces.
Busque lo que aquello que busca desearía encontrar. O no, si lo considera prudente, pero vaya y encuéntrese.

4 comentarios:

Dara dijo...

Yo me encontré un día entre los pliegues de la sábana bajera de mi cama de invitados. Sin buscarme ni nada.



son-risa,
pequeñina

OjosMiel. dijo...

Es difícil buscar y encontrar. Pero si no nos buscamos a nosotros mismos, nunca encontraremos la capacidad de buscar a los demás.

marta dijo...

Es muy importante realizar el viaje para encontrarse a uno mismo. De lo contrario, no podemos esperar encontrar a los demás.
Un beso MUYGRANDE :)

Distópica dijo...

en el agotamiento interminable
de buscarme y no encontrarme ni en tus ojos


Saludos desconocido ;)